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martes, 5 de agosto de 2008

EL ÚLTIMO GRAN FARAÓN



Cuando corría el año 1176 antes de Cristo, los hombres de Egipto sintieron atemorizados que los cimientos de su tierra temblaban. Llegaban noticias de que una horda inmensa formada por gentes tan heterogéneas como belicosas, que nadie sabía realmente de donde procedían, había sometido a los antiguos griegos (los micénicos que poco antes habían luchado en Troya) y tras expandirse por las riberas del Mediterráneo estaban a punto de asolar Egipto.

Corría entonces el año octavo del reinado de Ramsés III, el último gran faraón y por fortuna para su pueblo el rey-dios puso pronto en pie un ejército formidable con el que no dudo en enfrentarse a esos denominados “Pueblos del Mar” que poco antes habían hecho desaparecer, casi de un plumazo, al hasta entonces potente reino de los hititas.

Los relieves del templo de Millones de Años que Ramsés III ordenó levantar en Medinet Habu nos han transmitido información precisa acerca del modo en que los hombres de Egipto fueron capaces de repeler a los invasores. El faraón había ordenado que en la boca del Nilo formase una inmensa muralla de navíos de guerra y cuando los intrusos intentaron con sus naves penetrar en el delta para saquear el país fueron exterminados por los arqueros egipcios que desde los barcos y desde las orillas del río disparaban oleadas continuas de flechas contra ellos. En las inscripciones, el monarca dejó constancia de que: “Respecto a aquellos que alcanzaron mi frontera (los Pueblos del Mar), su semilla ya no existe, sus corazones y almas han sido exterminados para siempre…”






Desde esos acontecimientos, que libraron a Egipto del caos y la desolación, Ramsés III ha producido una intensa fascinación entre los hombres, a pesar de lo cual nada podría evitar que una conspiración urdida en el propio Harén Real por Tiy, una de sus esposas secundarias, ensombreciera los últimos momentos de vida del monarca, que para entonces contaba más de sesenta años de edad. Todo sugiere que Ramsés III habría muerto posiblemente envenenado en el curso de esa conjura.

Con todos estos antecedentes sobre Ramsés III, una de las figuras más atrayentes de la historia de Egipto, no debe causaros extrañeza –amigos- que hace unas semanas, cuando paseábamos por las calles de Salamanca, Antiqva no dudara en adquirir una bella representación de este hombre-dios con la que nos habíamos topado en una tienda de artículos de artesanía. Próximamente hablaremos de algunas de sus singularidades.
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7 comentarios:

  1. Hola Antiqua
    ya he legado al sureste
    ohú
    que caló
    en breve sacaré sus fotos
    un beso a Ramsés!!

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  2. Las imágenes preciosas como siempre y la historia también, muy interesante si señor!!


    Un gran abrazo.

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  3. El grande entre los grandes.Hijo de Sethnakht y casado con Isis, fue el último de la gran estirpe de faraones mágicos que tuvo Egipto.Tras él, reinaron algunos de sus hijos, llamados también Ramsés y otros, pero nadie duró y ninguno de ellos pudo seguir con la grandeza y labor de éste.
    Fue un gran político de su tiempo y supo batallar magistralmente,llevando a su pueblo por el buen camino tal como un pastor, como muy bien dices.
    Tengo su historia, sus libros,y su vida fue cercenada (se piensa)por culpa de lo de siempre:celos, rivalidades e intereses políticos.
    El ansia de poder gobernar el país se apoderó de una madre que quería encumbrar a su hijo al trono.Una de sus esposas.
    ¡Qué interesante es todo esto!¿no te parece?
    Creo que a ti, te gusta mucho la egiptología como a mí.
    Gracias por los posts.
    Besos.

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  4. Estoy esperando con impaciencia esas singularidades de las que hablas. Me encantan estos temas. Me pasaría la vida hablando (o mejor dicho, escuchando) sobre ello.

    un abrazo.

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  5. Ya me puse al tanto de tus textos.
    Aprendì a conocer un poquito sobre los egipcios a travès de las historias biblìcas.
    Ya veo que no dudaste en comprar, caes fàcil eh? jajaja..

    Abrazos..

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  6. Parece que los vicios de la humanidad se repiten como un rosario de mil cuentas.Las intrigas y las mujeres tramándolas
    en la oscuridad (es un comentario demasiado generalizado y seguramente algo distorsionado).
    También,recuerdo,que en el imperio Romano,las mujeres, algo, tuvieron de responsabilidad en ciertos hechos,lo digo por la magnífica serie de Yo Claudio, aunque el Richelieu no se quedaba corto que tenía a la Flor de Lis como incitadora.
    Bueno,después de este lío serial y con muchos errores por desconocimiento por mi parte. Lo que he intentado decir con tanta vuelta,es que en lo esencial hemos cambiado muy poco en milenios.....
    envidia,celos,poder,orgullos,avaricias ...
    Saludos.Esta serie es tan y tan interesante.Gracias

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  7. ¡Que interesante!
    Me atrae mucho la cultura egipcia. Estuve en la exposión "Tesoros sumergidos de Egipto" en Madrid. Interesantisima.
    Un saludo y gracias por pasar y dejar tan bonito comentario en mi blog

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